No quiero que la lluvia
de esta traidora noche decaiga.
Estoy sintiendo en cada gota,
el recuerdo de nuestro sudor derramado.
No hace frío,
a tres grados bajo cero;
no tengo más cuentas pendientes
y estoy quemando la ropa
que ya no quiero volver a ponerme
desde que me desnudaste.
Tengo quejidos con cada latido
de mi corazón
aún cautivo
de los gemidos
de nuestros momentos de pasión.
Estoy mirando el cielo
y no hay estrellas que me nieguen
que tú presencia existió.
Le voy a cantar a la Luna,
quiero que me diga si nos vió.
Quiero cantarte a ti al oído,
canciones que nadie escribió;
y estoy sentado en la ventana..
Ahora que he desistido
de mi infundada fe,
sé que tu regreso
no será esta misma noche
y rezo porque ocurra
al menos,
una vez.
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